Has internalizado una norma social o creencia que te dice: «Que los hombres se acerquen a mujeres más jóvenes es inmoral y repugnante.»
Esta creencia te genera ansiedad, diciéndote: «Si te acercas a ella, la mujer de 25 años misma te dirá lo inapropiado y escalofriante que es que un hombre como tú, casi del doble de su edad, le hable.» O peor aún: «Otras personas te condenarán por acercarte a la mujer o simplemente por sentirte atraído hacia ella en primer lugar, como si fuera algo prohibido.»
Debido a esta ansiedad y a estos pensamientos, podrías paralizarte y no acercarte a mujeres si son jóvenes, porque no sabes cómo manejar la situación si ella u otras personas te reprenden por querer conocerla. Quieres evitar la incomodidad potencial de esa situación, pero no sabes cómo podrías manejarla.
Este artículo no trata sobre decirte que no sucederá, sino sobre cómo estar preparado para enfrentar la situación si llegara a ocurrir, y cómo intentar reducir las posibilidades de que suceda al acercarte de la manera correcta. De esta manera, tu ansiedad se relajará y te permitirá acercarte a las mujeres.
1 – ¿Cómo actuar y qué decir si te reprenden?: «¿No eres un poco mayor?»
Esta pregunta, que suena crítica, a menudo puede ser dicha por la mujer. Lo clave aquí es mostrar que tienes confianza y que mantienes un estado de ánimo positivo todo el tiempo, sin importar lo que ella diga. Puedes optar por la ruta humorística amplificando su acusación:
- «Sí, acabo de salir del asilo para un último baile.»
- «Sí, tan viejo, que podría postularme para presidente de los Estados Unidos.»
El objetivo de ser humorístico ante lo que parece ser un juicio agresivo es aliviar la tensión de su declaración, permitiéndole reír y relajarse, lo que la hace más receptiva para continuar la conversación y mantener el flujo de la interacción.
Si, en cambio, tomas en serio su pregunta crítica y comienzas a defenderte o te vuelves apologético, no reducirás la tensión, y sus defensas estarán altas, lo que haría casi imposible superar ese obstáculo.
Existe la posibilidad de que no lo encuentre gracioso. En ese caso, puedes usar mi truco favorito, que llamo la técnica de «ponte en mi lugar». Con esta técnica, apelas a su sentido de empatía para que sienta que tu interés está justificado porque ella haría lo mismo si estuviera en tu lugar. Aquí tienes un ejemplo:
- «Bueno, imagina que ves a una persona que hace que tu corazón se acelere, que de repente te hace sentir una oleada de emoción y alegría, y te sientes completamente atraído hacia ella. ¿No desearías al menos tener la oportunidad de decir hola y ver a dónde te lleva, incluso si al final no llega a nada? ¿O eres de esas personas que prefieren arrepentirse de las cosas que desearían haber hecho?»
Esta es una técnica que puede funcionar muy bien, porque ninguna persona razonable puede decir genuinamente que preferiría arrepentirse de perder oportunidades. Existe la posibilidad de que aún no sea razonable, y en ese caso, es mejor que sigas adelante, porque ¿por qué querrías estar con alguien que acaba de mostrarte que no tiene sentido del humor y que además es poco razonable? En este punto, la vida te está diciendo que has esquivado una bala, y deberías estar agradecido por eso.
2 – ¿Cómo reducir la probabilidad de este tipo de reacciones? Pide su consentimiento de una manera que sienta que tu interés está totalmente justificado por razones más allá de lo superficial.
La clave para no obtener malas reacciones de las mujeres es, en la mayoría de los casos, buscar su consentimiento, porque es educado, es respetuoso y le da la autonomía que merece. Y aunque no esté interesada, apreciará que al menos hayas pedido su consentimiento para conocerla en lugar de asumir que puedes simplemente comenzar a hacerle preguntas personales de inmediato y seguirla, cuando tal vez no sepa cómo deshacerse de ti de manera lo suficientemente asertiva sin ser dura. Ejemplo:
- «Oye, disculpa, estoy un poco apurado, pero solo quería preguntarte algo rápido.»
- «Lo que pasa es que te vi, y pensé que tu estilo te queda fantástico, y no pude evitar sentirme tan feliz de encontrarme con una mujer con tanta clase, y pensé ‘hombre, realmente quiero conocerla o me arrepentiré todo el día’. ¿Te parece bien?»
Este ejemplo te muestra cómo pedir su consentimiento para conocerla, así como darle una buena razón de por qué quieres conocerla, que no suene superficial. Existe la posibilidad de que diga que no está interesada, lo cual está bien, pero también existe la posibilidad de que esté interesada y te conceda el consentimiento para conocerse.
Este enfoque también reduce el riesgo de malas reacciones porque suena genuino y respetuoso, y nadie realmente quiere gastar su energía siendo agresivo hacia alguien que parece genuino y respetuoso.